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Una lucha contra la trata de personas: una niña a la vez

Captivating International está trabajando arduamente para salvar a mujeres jóvenes de una vida de miseria.

Shawn Craig
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Una lucha contra la trata de personas: una niña a la vez
Andrew Colquhoun with girls from Western China. [Photo: Adventist Record]

A principios de la década del 2000, Andrew Colquhoun y su esposa, Julie, estaban trabajando en el mundo empresarial y tenían una vida cómoda en Australia. Pero en el 2006 decidieron dedicar el resto de sus vidas a ayudar a las personas atrapadas en la pobreza y la injusticia. Aquí comparten cómo seguir luchando contra el tráfico humano durante la pandemia de COVID-19. — Los editores

Las medidas establecidas para luchar contra la pandemia de coronavirus han ayudado de forma inadvertida a luchar contra otra epidemia mundial: el tráfico humano. Andrew Colquhoun, fundador de Captivating International, dijo que la clausura de las fronteras, implementada para contener la propagación de la COVID-19, ha hecho más difícil que los traficantes de personas realicen sus actividades. Aun así, la reciente flexibilización de las restricciones es motivo de renovada preocupación.

“Al menos, los cierres de frontera han enlentecido significativamente el ritmo del tráfico humano”, dijo Colquhoun, miembro de la Iglesia Adventista Central de Gold Coast en Queensland, Australia. “Incluso los traficantes deben haberse preocupado por su propia seguridad y no deben haber querido contagiarse de la COVID-19”.

Andrew Colquhoun (derecha) y su esposa, Julie (segunda desde la derecha), con un grupo de microfinanciación en las Filipinas. [Foto: Adventist Record]

Pero, al flexibilizarse la cuarentena, el equipo de Captivating se está preparando para un aumento de actividad en los próximos seis meses, a medida que la trata se reanude.

“Aquí en Australia todos estamos luchando, pero el gobierno presentó el programa JobKeeper [N. de la T.: programa que apoya a los negocios afectados por el coronavirus]. No existe algo así en los países en vías de desarrollo, así que las personas quedan un tanto a la deriva”, explicó Colquhoun. “Las personas no se ofrecen para ser víctimas de la trata; simplemente lo hacen porque no tienen opción”.

A principios de la década de 2000, Colquhoun y su esposa, Julie, estaban trabajando en el mundo empresarial, tenían buenos ingresos y una hermosa casa en Sídney. Pero en el 2006 dieron un paso de fe y decidieron cambiar su rumbo al optar por dedicar el resto de sus vidas a ayudar a las personas atrapadas en la pobreza y la injusticia.

Captivating International comenzó en China, con la ayuda a un grupo de niñas en situación de riesgo en zonas remotas del país. La organización caritativa amplió sus operaciones y se concentró en la trata de personas en Nepal y Filipinas, donde las estadísticas son realmente sorprendentes. En Filipinas, se estima que más de 60 mil niños serán víctimas de la trata y serán explotados este año, mientras que en Nepal, aproximadamente 20 mil mujeres y niñas sufrirán el mismo destino.

Captivating International trabaja con socios locales en Nepal y en Filipinas para salvar a estas niñas de una vida de miseria. “Si una niña es víctima de la trata de personas, se perderá; nunca más sabrás de ella”, declaró Colquhoun. “Las niñas pueden ser pequeñas de siete años, pero el promedio de edad generalmente es entre la adolescencia y los 19 o 20 años. Esa es la edad de comercialización conveniente para el propietario de un burdel”.

Andrew Colquhoun, su esposa, Julie, y su hijo pequeño con un grupo de niños huérfanos en el norte de China. [Foto: Adventist Record]

En Nepal, la organización opera once estaciones de control en la frontera entre Nepal e India, donde el equipo de trabajo realiza “intercepciones” con el apoyo de la policía local. Así es cómo el equipo entrevista a una niña y determina si es probable que esté siendo traficada. Se le niega el acceso al paso fronterizo y se llama a la familia para que vayan a buscarla. En promedio, se intercepta una niña cada 90 minutos.

“Pero no se trata solo de las intercepciones, sino de la prevención también”, explica Colquhoun. “Hasta que no establezcamos programas para reducir el deseo de las personas de emigrar para encontrar un mejor empleo, el tráfico estará siempre presente. Con los departamentos de gobierno y educación, estamos lanzando programas educativos para alcanzar a los niños en zonas de pobreza que están en mayor riesgo de llamar la atención de los traficantes. Esperamos que estos niños puedan convertirse en embajadores contra la trata de personas. Confiamos que podemos cambiar este espacio en las próximas décadas y que esto se vuelva parte del programa curricular de cada escuela.

“También hemos comenzado un programa de microfinanciación llamado ‘Mi negocio, mi libertad’, con el objetivo de encontrar a las mujeres que creemos que están en peligro de ser víctimas de la trata. Al trabajar con ellas para aumentar sus ingresos famliares, buscamos ayudarlas para que tengan otra opción”.

En agosto de 2020, Captivating International quiere fomentar el apoyo a su iniciativa “Stop Trafficking 5K”, que ayudará a reunir fondos para la obra que la organización lleva a cabo contra la trata de personas. Se anima a los participantes a correr o caminar tantos kilómetros como puedan durante ese mes. Colquhoun se ha propuesto la meta personal de correr 100 kilómetros. También comentó que se brinda la oportunidad de patrocinar a los participantes.

La versión original de esta historia fue publicada por Adventist Record.

Shawn Craig

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