June 10, 2022

Abramos el diálogo

Necesitamos comprometernos en un diálogo abierto para beneficio de la iglesia

Marcos Blanco
[Photo Josef Kissinger]

“Pagaría por estar ahí”. Así me comentó un amigo, cuando publiqué en mi historia de Instagram la foto de la conferencia de prensa a la que estaba asistiendo aquí en el congreso. Allí estaban los tres administradores de la Asociación General: el Pr. Ted Wilson, presidente; el Pr. Erton Köhler, secretario; y Paul Douglas, tesorero. Allí también estaban los comunicadores de las trece divisiones de la Iglesia Adventista alrededor del mundo, además de otros periodistas y comunicadores de varios medios independientes. 

Volviendo a mi amigo, me hubiera gustado pedirle que me envíe alguna pregunta que quisiera hacerles, sabiendo que es pastor y periodista y tiene pasión por la iglesia mundial. Sin embargo, para cuando leí su mensaje, ya habían anunciado que solo iban a atender dos preguntas más, y había varias personas en la fila. 

Si hubieras estado en esa sala, con los tres administradores de la Iglesia Adventista, ¿qué te hubiera gustado preguntarles? Y no, no es una pregunta retórica la que estoy haciendo. Me gustaría oírte, y para eso dejo mi correo al pie de este artículo, para que puedas enviarme las preguntas que te gustaría que ellos respondan. Quizá, de alguna manera, podamos todos comprometernos en un diálogo dinámico y enriquecedor, que pueda ayudar a quienes administran la iglesia a escuchar a aquellos que están donde realmente suceden las cosas (la iglesia local), y así también poder pensar en estrategias y formas de dirigir los recursos de tal manera, que la misión de la iglesia local pueda fortalecerse y crecer. Y es que hoy, más que nunca, tenemos posibilidades de ese diálogo genuino, sin frases hechas ni formalismos, pero también sin chabacanerías ni ironías, en el que podamos crecer juntos y sentirnos más cerca de la iglesia mundial también. 

Al conversar con algunos jóvenes, ellos me han comentado que, a veces, les parece que tenemos un “diálogo de sordos” (según la RAE, “conversación en la que los interlocutores no se prestan atención”), en el que quienes administran la iglesia, mayormente adultos con un promedio de edad elevado, repiten siempre sus respuestas gastadas, mientras que los jóvenes se comunican en códigos y maneras que, en muchas ocasiones, son difíciles de descifrar por los adultos (el lenguaje del “meme” podría ser un buen ejemplo).

Claro que la comunicación no tendrá efecto si solo nos quedamos en las palabras y no pasamos a la acción, si no vamos más allá de los gestos, si no convertimos nuestras intenciones en hechos. 

En este sentido, quisiera aprovechar esta línea de comunicación para animarte a continuar comprometido con la iglesia. A que sigas intentando hacer tu contribución. A que, aun cuando a veces puedas sentirte no escuchado, ignorado, o que tus esfuerzos parecieran no hacer ningún aporte significativo, sigas adelante. Sí, esta es nuestra iglesia pero, ante todo, es tu iglesia. Dios te ha dado salvación, te ha otorgado dones únicos y te está llamando a unirte a la misión de la iglesia. 

En estos días, he tenido la bendición de trabajar con el staff permanente de Adventist Review, al igual que con un grupo de comunicadores de diferentes partes del mundo que reportan en diferentes idiomas. Quedé impactado no solo por la pasión que tienen por colaborar para comunicar el evangelio y hacer crecer nuestra iglesia, sino también por la variedad de dones que cada uno aportó a este equipo. Todos distintos, diferentes, únicos; algo que trajo no solo variedad sino también calidad a la tarea realizada. Lo mismo puede decirse del equipo de comunicación de la División Sudamericana con el que estuve colaborando. Asimismo, tus dones y trasfondo, únicos en el aporte que pueden hacer al cuerpo de Cristo, son no solo apreciados, sino también necesarios/esenciales. 

Así que comencemos el diálogo. ¿Qué crees que necesita nuestra iglesia? ¿Qué maneras innovativas y creativas pueden aplicarse en el contexto de nuestro mundo actual? Quiero escucharte, en el email que dejo abajo…

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